Los Griegos no están solos contra la brutal hipocresía social Europea.
Todos hemos podido ver en diferentes
medios las dramáticas consecuencias que la imposición de la
austeridad económica ha supuesto para los griegos. Familias
desahuciadas de sus casas, recortes salariales que convierten a los
trabajadores en pobres con empleo, exclusión de miles de personas de
la sanidad publica con el consiguiente aumento de la tasa de
mortalidad, escandaloso aumento de los suicidios, descontrolado
aumento de la mortalidad infantil, hambre, miseria abandono social,
etc, etc. Catastrófico resultado de la sumisión a la troika europea del bi-partidísmo
griego, Nueva Democracia y Pasok.
Tras las recientes elecciones que han supuesto la victoria
de Syriza en Grecia, el nuevo gobierno griego se ha puesto manos a la
obra de inmediato y ha comenzado a ejecutar las políticas
antiausteridad de rescate a los ciudadanos, de rescate a las personas
que más han sufrido el abuso y la imposición econmómica. La
respuesta a éstos movimientos del gobierno griego ha sido inmediata
por parte de la Unión Europea, de manera conjunta e individual, con
graves amenazas contra Grecia si no cumple sus compromisos con la
deuda, con esa deuda impagable que ha ido enriqueciendo sin medida a
sus acreedores al tiempo que empobrecía al pueblo griego, ajeno
siempre a ese endeudamiento privado que los sectores financieros con
ayuda de esos traidores locales convirtieron en público.
¿Quién
quiere pertenecer a ésta asquerosa Unión Europea que condena al
desamparo y la muerte a las personas dando prioridad a la
macro-economía y al crecimiento económico basado en el expolio y la
desigualdad? Hay más de una respuesta a éste interrogante. En
primer lugar a esa asquerosa Unión Europea quieren seguir
perteneciendo Nueva Democracia, Pasok, PP o PSOE haciendo un
ejercicio de maquillaje que la disfrace como acostumbran a
disfrazarse ellos cada periodo electoral.
Pero también existe
otra posibilidad ante ésta insostenible Unión Europea, otra
respuesta conjunta de los pueblos del sur de Europa que frene la
voracidad capitalista, que devora y destruye a las personas bajo el
rodillo de la producción y el dinero, y que inicie la reconstrucción
de una Unión Europea sostenible y social que de prioridad a las
personas sobre el capital.
Ayer la Alemania nazi exterminó al
pueblo judío, a los gitanos y a los comunistas en gigantescos hornos
crematorios y cámaras de gas. Hoy la Alemania capitalista, la Europa
capitalista obediente, extermina a las personas que la imposición de
su política económica va convirtiendo en pobres. Hoy no hay cámaras
de gas ni hornos crematorios, pero si un terrorismo financiero que
deja morir a las personas, a miles de personas en toda Europa,
destruyendo toda protección social que las pueda rescatar. ¿Vas a
seguir votando a los responsables de ésta situación? Ver la paja en
el ojo ajeno sin sentir la viga en el propio es algo más que
estupidez, también es una sucia responsabilidad sobre las
consecuencias que vengan después.
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